Las quejas contra la atención en el hospital de Tarma son interminables. Pacientes y usuarios tienen que acudir desde las primeras horas de la mañana para hacer cola en busca de un cupo. Algunas personas acuden desde las 5 horas, los cupos empiezan a distribuirse desde las 7 y 20, pero no todos logran obtener el ansiado cupo, algunos son mandados a áreas donde ni siquiera hay personal, no hay nadie que oriente.
Otro detalle es que los médicos empiezan a atender recién a las 10 de la mañana, si es que el paciente tiene la suerte de ser atendido. La falta de criterio y de consideración al paciente llega al grado que nadie informa la cantidad de cupos que hay por consultorio, es decir que muchas personas pierden horas haciendo cola para que al final no las atiendan.
Otros pacientes pierden horas, incluso arriesgando su propia salud, para que les digan que el médico que los debe atender, ese día, “no va air”, obligando a que el enfermo tenga que retornar posteriormente para pasar el mismo suplicio, sin tener la seguridad que lo van atender. Cómo comentan; la persona “tiene que enfermarse el día en el que el doctor que necesita, trabaja”. Es menester resaltar que hay quienes hacen la cola por más de dos horas para al final no obtener cupo alguno.
Es vox populi que se requieren cambios urgentes en el hospital de Tarma en todos los sentidos, desde la cabeza para que haya una mejor organización y el paciente no sea vapuleado. Claro está que este mal no es de ahora, data de hace muchos años, pero ya es tiempo que quienes han ofrecido cambios los hagan y que sean para bien y no para mal, que se priorice la meritocracia y la capacidad en vez del carné político o la preferencia de los funcionarios que ahora tienen el poder.