- Una señora dedicada al comercio denunció que un conductor de mototaxi le quiso cobra una cantidad exagerada por trasladarla del mercado Modelo a la Av. Pacheco y la obligó a bajarse con sus cosas.
Los abusos y malos tratos de un grupo de mototaxistas no tienen cuando acabar.
Una señora de la tercera edad, dedicada a la venta de jamón, denunció que fue víctima del maltrato del conductor de la mototaxi de número de flota 727, de la empresa Jhony J.C. Narró que una vez culminada su labor llegó con todas sus cosas a las inmediaciones del mercado Modelo, donde hizo para la mototaxi mencionada, el triciclero que la había llevado le ayudó a subir sus cosas a la moto y se retiró.
Todo estuvo bien hasta el momento en el que la usuaria le dice que la lleve detrás del mercado Santa Inés, paralela de la Av. Pacheco, a lo que el conductor responde diciéndole que el costo iba a ser de 3.50 soles, algo que la comerciante consideró exagerado, le ofreció pagar 2 soles, pero el mototaxista se negó rotundamente, hizo que la señora se bajara y también bajó todas sus cosas.
La controladora de una empresa de servicio interdistrital apoyó a la señora, hizo parar otra mototaxi que si accedió a llevar a la pasajera a un precio más módico. Hay que señalar que fue, precisamente la controladora la que anotó el número de flota y la empresa a la que pertenece ese vehículo menor, recomendándole que no presente la denuncia ante la municipalidad “porque ahí no hacen nada”.
MÁS QUEJAS.
Debido a esta denuncia, presentada a través de Radio Tarma, otros oyentes se animaron a contar las peripecias que viven con un transporte que tiene carta blanca de las autoridades para hacer lo que le da la gana, literalmente.
Los conductores, señalan, no son higiénicos, tampoco los vehículos, no responden el saludo, todos dan la vuelta solo en la parte céntrica de la ciudad, si les solicitan un servicio para algún sector, urbano, pero alejado ya empiezan a cobrar más del sol 50 que “oficialmente”, cobran.
Otros indicaron que ni siquiera tienen respeto cuando hay personas que están con sus menores hijos a los que cobran la tarifa “normal”. A esto se suma que muchos dejan a los usuarios con la mano extendida y si paran, al enterarse del destino y, no les gustas, igual se pasan, sin dar una explicación.
OTRO GRUPO.
Hay que mencionar que hay otro grupo de conductores de vehículos menores que son para “quitarse el sombrero”, como dice la frase, son menos que los otros, pero existen.