Después de una corta enfermedad, Mahoma falleció el 8 de junio de 632 en la ciudad de Medina a la edad de 63 años. La dolencia es tradicionalmente atribuida a la ingestión de una pieza de carne envenenada, preparada por una mujer perteneciente a una población judía de Jáibar. Esto se produjo tres años antes de su muerte, tras la caída y represión de Jáibar frente a las tropas islámicas.