Ayer se suspendió la diligencia de desalojo contra la señora Clementina Hinostroza Amarillo, por disposición del juez Egveni Peña Torres, quien constató que la ocupante de la precaria vivienda, se encuentra delicada de salud, además de estar postrada en cama, con muchas dolencias, entre ellas no poder movilizarse por sus propios medios.
La diligencia se iba a desarrollar en razón que hay un juicio que fue ganado por Gregorio Barrios Esteban, para este acto se contó con la presencia de más de medio centenar de efectivos policiales, quienes estaban ataviados con sus prendas antimotines, algo que pocas veces se ve. Así mismo los pobladores de Vilcabamba, acusaron a Barrios Esteban de haber contratado “matones”, para desalojar a la señora Clementina y su familia. Efectivamente, un grupo de jóvenes, vestidos con capuchas, estaba apostado cerca de la vivienda donde se iba a realizar la intervención.
Los vecinos, en su mayoría mujeres, respaldaron a la señora Clementina Hinostroza aduciendo que además de su delicado estado de salud, estaba en extrema pobreza, vive sola con sus hijas y sus pequeños nietos, su esposo recién ha fallecido hace una semanas, por lo que, dijeron, Gregorio Barrios se estaba aprovechando de esta situación para tratar de desalojarla de su casa, en la que vive por más de sesenta años, además que no tiene otro lugar a dónde ir.
Es una pequeña extensión de terreno donde se ubica una chacra y una casa de material rústico, que no tiene las paredes completas, al interior de la vivienda se puede apreciar la ausencia de las más mínimas comodidades, solo unas cuantas aves que sirven para el sustento de la familia que subsiste lavando ropa. Los pequeños dan claras muestras de tener índices de desnutrición.
Finalmente las vecinas mostraron unos documentos en los que los tíos de ella le habían “donado”, ese terreno, hace ya varios años, a esto se suma que el propio Gregorio Barrios, firmó un papel, al parecer, ante el juez de paz de la localidad, en el que se comprometía a dejar ese terreno, pero luego adujo que había comprado ese predio. Las vecinas agregaron que por falta de dinero la señora no había podido contratar un abogado para seguir este proceso que fue ganado por su “contrincante2, quien sí tuvo su abogado ante el Poder Judicial. A pesar de la suspensión de la diligencia, la preocupación no termina para esta familia, porque solo tiene hasta mediados de octubre para desocupar esa precaria vivienda.