ANTE LA AUSENCIA, EN ALGUNOS CASOS TOTAL, DE EFECTIVOS POLICIALES E INSPECTORES DE TRÁNSITO, SON LAS MADRES DE FAMILIA LAS QUE DEBEN EJERCER EL CONTROL DE TRÁNSITO EN EL INGRESO A LAS INSTITUCIONES ESCOLARES, ESTO LAS ENFRENTA A ALGUNOS CONDUCTORES MALCRIADOS.
Algunos padres de familia, principalmente las madres, se han convertido en los fiscalizadores del tránsito vehicular en las inmediaciones de los centros educativos donde estudian sus menores hijos, pero esto tiene el riesgo de que puedan encontrarse con conductores carentes de respeto, consideración, empatía y hasta conocimientos de las normas de tránsito.
Un caso es el de la Institución Educativa Integrada Santa Teresa de esta ciudad, donde estas señoras tienen que suplir a los policías y a los inspectores de tránsito que, entre otras cosas, tienen poca capacidad por el escaso número de efectivos, en la municipalidad, solo hay cinco inspectores.

Las madres señalan que tiene que enfrentarse con conductores que les faltan el respeto, además de manejar sus unidades pésimamente, se preguntan “¿dónde habrán sacado sus licencias? O, si es que contarán con ellas. Estas “confrontaciones” se producen sobre todo en las llamadas; “hora punta”, antes de las 8 de la mañana y de la una y las seis de la tarde.
La esquina del Jr. Asunción con la Av. Vienrich es un punto riesgoso debido a la alta velocidad a la que circulan algunos transportistas, ahí se ubica una de las puertas de ingreso y salida del local del Santa Teresa, pero las señoras de las Brigadas de Autoprotección Escolar (BAPES) creen que el acceso por la Av. Pacheco, es más peligroso. A pesar de este aspecto y la falta de capacitación por parte de las autoridades, tienen que lidiar a diario con esta situación, muchas veces solas, porque quienes deberían realizar este trabajo, no están o tienen otros menesteres.
