Los dirigentes de la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP) y de la Federación Nacional de Trabajadores en Construcción Civil (FENATRACC), responsabilizaron a una facción, procedente de la selva central, del FENATRACC de los actos de violencia registrados la mañana del martes en la ciudad de Tarma. Wilfredo Aguirre Peralta, Edgard Mandujano, entre otros indicaron que son gente foránea que pretende perjudicar a Tarma al querer obligar a la empresa que ganó la licitación para que construya la nueva infraestructura del Colegio Emblemático “San Ramón” a que contrate a sus afiliados.
Aguirre Peralta remarcó que ellos (la CGTP) han firmado un convenio para la contratación de trabajadores, pero no solo están siendo empleados los afiliados a esta central de trabajadores, sino de otros sindicatos de la provincia. Señaló que la manera en la que esa facción está exigiendo que se contrate trabajadores, no es la manera correcta.
Insistió en que es gente que ha llegado de diferentes provincias de la selva con el fin de generar desordenes y perjudicar este proyecto “emblemático” que es el del “San Ramón”. En las provincias de la selva hay varias obras que hace diez años están en manos de la FENATRACC y hasta ahora no las han culminado.
Desmintió las acusaciones de esa facción. Ellos pretextan que la CGTP, aparte de que no representa a nadie, no cumplen con el pago del régimen de construcción civil, solo unos cuantos se benefician porque “venden” la obra a la empresa, en resumen no se respetan los derechos laborales de los trabajadores y, según ellos, “no se moverán” hasta que no se disuelva el convenio que se firmó con la empresa contratista.
Aguirre dijo que no hay pruebas de los que afirman los dirigentes de la facción, efectivamente, llegados de otras provincias, sobre todo de la selva central. La amenaza de que van a permanecer ahí, en el terreno donde se realizará el plan de contingencia del “San Ramón”, ha sido ratificada por esos dirigentes, lo que significará un problema para la obra, porque se retrasará en cuanto a la ejecución, como ya sucedió en otros lugares.