Ante el retraso del inicio de la vacunación para personas de entre 75 años a más contra la COVID -19, programado para las 8 horas del jueves, la concejera regional por Tarma, Tatiana Arias Espinoza, se vio en la necesidad de intervenir para exigir que no se maltrate a las personas que desde horas de la madrugada hacían sus colas en las inmediaciones del local de la Institución Educativa Santa Teresa.
La autoridad manifestó que se comunicó con el director del hospital, Hernán Chique Vara, quien le dijo que la brigada ya estaba saliendo – eran las 8 y 16 de la mañana – la concejera dijo “es una irresponsabilidad” que se convoque a la gente para las 8 de la mañana cuando no se habían realizado las coordinaciones para la jornada de vacunación con la antelación del caso. Había razón para la indignación porque en la cola había gente mayor, notoriamente desmejorada, además que a esa hora amenazaba la lluvia.

Otro detalle que desnudó la falta de coordinación fue la falta de efectivos policiales para controlar que haya orden en las colas, para mantener el distanciamiento necesario, considerando además, que las vías en las que se realizó la cola; Jr. Leoncio Prado, Av. Vienrich, son arterias muy transitadas por vehículos, incluyendo de transporte pesado, pero no había ni siquiera un inspector de tránsito, por lo menos al inicio de la jornada.
Arias Espinoza recordó que la semana pasada el personal del hospital le “echó la culpa” a EsSalud por el retraso en el horario de la vacunación, se demoraron más de 40 minutos. La concejera exigió la presencia del subprefecto, Percy Gallardo Rivera, para que confirme si hubo coordinaciones con la policía, la autoridad política se hizo presente minutos después. A las 8 y 35 del a mañana se “dio la partida” a la vacunación, proceso plagado, por lo menos de dudas preocupantes.
EL DATO.
En u principio se decidió usar 50 dosis para vacunar al personal sanitario, pero resulta que en la lista no solo había personal de primera línea, sino asesores externos (abogados) y administrativos que realizan trabajo remoto. Por eso y, por presión de la concejera, se destinó casi la totalidad de las vacunas sobrantes para las personas mayores de 75 años. Casi porque 5 dosis fueron usadas para personal asistencial.