Pese al resultado final, la noche empezó con buenas noticias para el Barcelona. Piqué volvía a la titularidad un mes antes de lo previsto. Y también lo era, no por ya sabida, la ausencia de Neymar y De María en un PSG menos fiero sin ellos a priori. Lejos de la cabeza en LaLiga, con la final copera muy complicada y perdida la Supercopa… la Champions lo era todo para el Barça y para Messi. Lograr este título podía dar un giro al futuro del argentino. Todo porque no se vaya Leo, pero me da que sus maletas están ya esperando destino.
Enfrente estaba un equipo parisino que se llevó seis en su última visita al Camp Nou y que clamaba venganza con un Mbappé con ganas de dejar su sello en España, donde es objeto de deseo desde hace tiempo. Y logró lo uno y lo otro. Pochettino sacó un equipo muy físico que buscaba quitar la posesión del balón a los catalanes, jugar rápido por las bandas y con Mauro Icardi como estilete arriba.