La Luna, objeto de mitos y compañera de romances y melancolías, tiene arrugas y se está achicando, ha afirmado el científico Thomas Watters, del Centro de Estudios de la Tierra y Planetas en el Museo Nacional del Aire y el Espacio de EE.UU.
Lenta pero sin pausa, a medida que su interior se enfría, la Luna ha adelgazado más de 50 metros en los últimos cientos de millones de años, explicó Watters, según un comunicado de la agencia espacial estadounidense, NASA.
Tal como una uva se arruga a medida que se encoge hasta ser una pasa, la Luna se arruga al achicarse, indicó la nota.
Pero a diferencia de la piel de la uva, que es flexible, la de la Luna es rígida y se quiebra al empequeñecerse formando fallas donde un segmento de corteza es empujado encima de otro.
«Nuestro análisis proporciona las primeras pruebas de que estas fallas siguen activas y probablemente producen sismos aún ahora mientras la Luna sigue enfriándose y achicándose», dijo el científico.
Acantilados escalonados
Las fallas, similares a las quiebras tectónicas en la Tierra, lucen como acantilados escalonados de varias decenas de metros de altura y se extienden por varios kilómetros.
De acuerdo a la NASA, los astronautas Eugene Cernan y Harrison Smith tuvieron que zigzaguear con su vehículo lunar para cruzar la falla Lee Lincoln durante la misión Apolo 17 en 1972.
Watters es el autor principal de un estudio que analizó los datos suministrados por cuatro sismógrafos colocados en la Luna por los astronautas durante las misiones Apolo 11, 12, 14, 15 y 16, usando un algoritmo desarrollado para identificar los sitios de terremotos detectados por una red de sensores.
Entre 1969 y 1977, los sismógrafos registraron 28 sismos superficiales con magnitudes entre 2 y 5.
El equipo determinó que 8 de los 28 movimientos ocurrieron dentro de unos 30 kilómetros de distancia de fallas visibles en las imágenes lunares.
La Luna no es el único cuerpo en el sistema solar que se achica con la edad. Según la NASA, Mercurio tiene «enormes fallas» de hasta unos 1.000 kilómetros de largo y 3 kilómetros de altura «significativamente más grandes, en relación con el tamaño del planeta, que las de la Luna». EFE