El Barcelona está a 90 minutos de clasificarse para otra final de la Liga de Campeones. Atrás han quedado los decepcionantes fracasos de años anteriores, en los que los catalanes no pasaban de cuartos de final. Vuelven a tener a tiro el partido por el trofeo y no lo quieren dejar escapar. Nada mejor que un escenario como es Anfield para tratar de conseguir el pase al ansiado partido, que esta temporada se disputa en el Wanda Metropolitano.
Por lo pronto, los azulgranas parten con la ventaja de haber hecho un buen trabajo en el partido del Camp Nou. Consiguieron una victoria holgada, que pudo incluso serlo más, pero también es cierto que el resultado fue un castigo demasiado duro para el Liverpool.
El Barça sabe que en Champions todo es posible, que hay remontadas inesperadas, como la que ellos mismos lograron hace unos años contra el PSG, y que no conviene subestimar a los muchachos de Jürgen Klopp. En un estadio como Anfield, todo es posible y el Liverpool es otro club con la suficiente historia como para haber protagonizado unos cuantos milagros. Por ejemplo, el de aquella final de Estambul en 2005, cuando remontaron la misma renta que hoy llevan de desventaja en menos de 10 minutos.
Así, el Barça se presenta en Liverpool preparado para sufrir, una de las cualidades que el equipo ha ganado desde que Ernesto Valverde se sento en su banquillo. La idea es que el Liverpool no llegue nunca a sentirse cerca de volver a entrar en la eliminatoria, pero no será tarea fácil. En el encuentro de Barcelona, los ingleses demostraron ser capaces de buscarle las cosquillas a este Barça. «Son la horma de nuestro zapato», reconocía ayer Valverde en rueda de prensa. Pocos equipos han mandado en el Camp Nou como hicieron los reds la semana pasada.
Varios tocados
La actualidad de los ingleses está marcada por las bajas. No pueden contar esta noche con ninguno de los dos jugadores con más gol de la plantilla. Mohammed Salah no se ha recuperado a tiempo del golpe que sufrió en la última jornada de Premier League, una baja que ha sentado como una jarro de agua fría entre los aficionados británicos. Tampoco podrá estar Roberto Firmino. Con la necesidad de gol que tiene el Liverpool, estas bajas podrían resultar decisivas. Con todo, Klopp confía en que su equipo podrá sobreponerse a esas ausencias. Anfield deberá jugar un papel importante en ese sentido.
El problema para los ingleses es un tal Leo Messi, que ya demostró en la ida que él solo es capaz de tumbar a cualquiera. Los ingleses se marcharon de la Ciudad Condal con la impresión de que habían hecho todo lo que estaba en sus manos para ganar el encuentro, pero fueron incapaces. Una sensación habitual en los que se enfrentan a Messi. Si el argentino está esta noche como estuvo la semana pasada, el Barça ya puede ir buscándose hotel cerca del Wanda Metropolitano Hay una cita el 1 de junio que no quiere perderse.