La señora Karen Campos, representante de la funeraria “Huamán”, desmintió las acusaciones vertidas por los representantes de la autodenominada Asociación de Funerarias. Negó que su representada esté incumpliendo los protocolos sanitarios para tratar los cuerpos de los fallecidos por COVID, no están ofreciendo velar a estos difuntos, alegando que cumplen las normas para retirar los cadáveres tanto de los domicilios o del hospital, dependiendo del lugar de fallecimiento.
Agregó que la asociación “no es legal, es solo verbal”, si bien la funeraria “Huamán” formó parte de esa asociación, procedieron a retirarse por una situación de “envidia”, la razón, el prestigio de esta funeraria que sería envidado por los dueños de los otros establecimientos, además de “tener muchos clientes”. Indicó que han visto “muchas irregularidades”, los dueños de esas funerarias se “toman atribuciones” como la de obligar a que los dolientes accedan a los servicios de uno u otro establecimiento, de acuerdo a un supuesto cronograma (turnos) que “no es legal”, dijo.
Expresó su posición a favor de que los familiares de los difuntos elijan el servicio que mejor les parezca. Existe la versión que hay trabajadores, dedicados a embolsar los cuerpos de los fallecidos por COVID, que “avisan” a los dueños de las funerarias para que aborden a los familiares y les ofrezcan sus servicios.
NO ESTÁ CONSTITUIDA.
Ricardo Merino, representante de la Asociación de Funerarias de Tarma, reconoció que esa organización recién está en proceso de constitución, pero existe un libro de actas donde hay acuerdos, refiriendo que la funeraria “Huamán” había pertenecido a la asociación, por eso se extrañó que la tildara de “ilegal”. Merino insistió en acusar a su ex asociada de generar desorden y de “mercaderes”. Esta asociación, según su representante, se creó para evitar el caos y que se estén “quitando” los muertos a raíz del inicio de la pandemia de la COVID – 19, recibieron capacitaciones de parte del Ministerio de Salud (MINSA) para el correcto manejo de los muertos por el coronavirus. También estuvo de acuerdo en que el familiar del finado debe tener la libertad de elegir el servicio funerario que le convenga.